viernes, 13 de mayo de 2011

Una historia detrás de otra




Con un aspecto fuerte para sus 90 años, una voz grave sale de su pecho a través de su garganta, desentonan con las arrugas en su piel, al ver sus ojos pareciera distinguirse la vivida imagen de lo que cuenta.

Dice haber conocido al “sombrerón”, también que este lo fue a visitar a su casa, hay tantas historias en su vida y tanta tradición en su existir que sentarse a su lado y platicar es visitar su mundo, su interior.

¿Su nombre?... Antonio Escobar Paredes, tiene 90 años, 73 años de llevar consigo sus tradiciones con la mayordomía zoque. Menciona ser “como un represente de ellos” porque con ellos anda. Da gracias a la virgen y a la mayordomía zoque por no dejar caer y han levantado las tradiciones de su pueblo.

Don Antonio, maestro ramilletero cuenta “cuando comenzaron era yo chamaquito, llegaban los viejitos a Copoya a hacer los dibujos de la virgen de Candelaria y a mí me gusto mucho que ellos trabajaban muy bonito y hay le hablé a un viejecito si me podía enseñar, sí me dijo el con mucho gusto, te enseño pero te vas a sentar a un lado de mi”.

Narra con su voz ronca la experiencia adquirida a través del paso del tiempo; la observación, la paciencia, la dedicación y el gusto por aprender lo encaminaron hasta hoy día. Relata que hasta termine su ciclo de vida llevará consigo sus raíces en alto junto con la mayordomía zoque.

Dentro de sus innumerables anécdotas  tiene bien grabadas sus visitas a la cueva del ramillete, un cerro lleno de peligro, sabe todas las significaciones para entrar sin riesgo alguno, aunque según el hay animales malos y uno puede perderse y quedar adentro de la cueva, pues la cueva tiene dueño… en ese momento calló y  con una voz misteriosa hizo mención de “El Sombrerón”.

En un sinfín de tradición, historia y basta cultura de las raíces de nuestros pueblos, habla y permite ser escuchado de modo que su voz pareciera encantar todos los oídos a los que llega.

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